Mérida 30 de enero de 2019.
Fue
alumno del Seminario, se dedicó luego a labores agrícolas. Fue
además, uno de los más apasionados partidarios de la revolución
independentista y uno de los primeros en la prédica y en el ejemplo.
Formo junto con los Montilla, los Salias, los Bolívar y otros el
principal grupo que apoyaba la independencia de Venezuela y su
organización como República y cuyas gestiones desencadenaron la
Revolución de 1810. Ribas formo parte desde el 25 de abril de la
Junta Suprema organizada tras la deposición de Vicente Emparan para
regir la Capitanía General. En octubre de ese año organizo una
protesta pública como líder de los pardos caraqueños por la
ejecución del 2 de agosto de 28 patriotas en Quito por las
autoridades realistas. Participo igualmente en las acaloradas
reuniones de la Sociedad Patriótica donde fue uno de los líderes
radicales que apoyaba la independencia absoluta de Venezuela.
Comenzó
la carrera de las armas a favor de la independencia como coronel y
jefe del recién creado batallón de Milicias Regladas de Blancos de
Barlovento. En 1812 participo en la campaña contra Domingo
Monteverde bajo las órdenes del general Francisco de Miranda quien
lo envió con su batallón a reforzar al coronel Juan Pablo Ayala que
defendía el portachuelo de Guaica. Luego siguió a Caracas para
asumir el cargo de comandante militar de la ciudad en sustitución de
Juan Nepomuceno Quero. Emigro a Nueva Granada tras la caída de la
Primera República en julio de ese año, y allí se encontró con
otros patriotas venezolanos, uniéndose en Ocaña a las fuerzas de
venezolanos y neogranadinos con que Simón Bolívar preparaba la
invasión al occidente de Venezuela.
La
Campaña Admirable comenzó el 28 de febrero de 1813 con la Batalla
de Cúcuta contra el coronel Ramón Correa donde Ribas dio el golpe
decisivo con una carga de bayoneta al centro de las líneas
realistas.
El
7 de agosto de 1813, Bolívar culmina su Campaña Admirable al entrar
en Caracas, abandonada por el Gobernador Fierro, Ribas pasa de San
Carlos a Caracas donde asume la Gobernación de la Provincia.
Durante
la independencia, participó en numerosas batallas, pero el episodio
más importante fue el de la Batalla de La Victoria (12 de febrero de
1814) en donde logró parar a las fuerzas realistas de José Tomás
Boves con unas tropas poco experimentadas formadas principalmente,
por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había logrado
reclutar y en cuyo preámbulo pronuncio la famosa arenga: «No
podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer».
Después
de esta batalla, junto con José Francisco Bermúdez, ofreció una
resistencia heroica al jefe realista Francisco Tomás Morales en
Maturín, pero también fueron derrotados. Huyó con un sobrino y un
criado, pero fue delatado por un esclavo llamado Concepción
González.
Ribas
fue capturado por los realistas en los alrrededores de Valle de la
Pascua. El Justicia Mayor de Tucupido Lorenzo Figueroa (barrajola)
quien reclamo al prisionero como suyo, ordenó su muerte el 31 de
enero de 1815, dentro de grandes vejaciones fue trasladado a la Plaza
Mayor de Tucupido en donde fue fusilado. al pie de un árbol a
escasos metros de la mencionada plaza su cuerpo fue desmembrado, la
cabeza frita en aceite fue enviada a Caracas, donde cubierta con el
gorro frigio que solía usar Ribas, la colocaron en la Puerta de
Caracas dentro de una jaula en el camino para La Guaira, sus brazos y
piernas colocadas en los cuatro puntos cardinales del pueblo en
represalia a los patriotas de la zona.
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