Mèrida 07 de
Mayo de 2018.
La primera Beata de Venezuela, Madre María de San José, fue una religiosa, cofundadora y primera Superiora General de la Congregación "Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús", la cual se dedicó a la atención hospitalaria de ancianos pobres, niños abandonados y enfermos de su país.
La
religiosa nació el 25 de abril de 1875 en el pueblo de Choroní en
Venezuela y fue bautizada en octubre de ese mismo año con el nombre
de Laura Evangelista Alvarado Cardozo.
A
la edad de 5 se mudó con sus padres a la ciudad de Maracay y a los
13 años recibió la primera comunión, haciendo un voto de
virginidad el 8 de diciembre de 1888, día de la Inmaculada
Concepción.
En
1893, el sacerdote y párroco de Maracay, Justo Vicente López
Aveledo, fundó la Sociedad de las Hijas de María, de la que Laura
formaría parte y donde renovaría sus primeros votos de virginidad
perpetua.
Ese
mismo año López Avelado fundó el primer hospital de su ciudad, el
Hospital San José, y la Beata se dedicó al cuidado de los enfermos
como hermana hospitalaria. Asimismo, el 22 de enero de 1901 fue
consagrada como hermana hospitalaria agustina adoptando el nombre de
Sor María de San José.
Cerca
de los 24 años, Laura recibió del padre López la dirección y
administración del hospital. Al poco tiempo se fundó la
congregación "Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de
Jesús" y en 1903 Laura se convierte la Superiora de la
comunidad adoptando el nombre Madre María de San José.
La
actividad de su congregación se caracterizó por la fundación de
asilos, orfanatos, casas maternas, hospitales y, colegios. En total
se fundaron 35 casas a nivel nacional.
La
Beata falleció el 2 de abril 1967 en Maracay. Sus restos reposan en
la Capilla de las Hermanas Agustinas del Hogar "Inmaculada
Concepción" de Maracay donde transcurrió la mayor parte de su
vida.
En
1982 ocurrió el milagro por el cual sería beatificada: la curación
de la hermana Teresa Silva, que quedó inválida por una penosa
enfermedad y a quien la Madre le había profetizado su curación años
antes.
El
7 de mayo de 1995 el Papa San Juan Pablo II la declaró oficialmente
beata. "La Madre María es una mujer que supo fundir de manera
admirable oración y acción (...) consumándose en un amor ilimitado
hacia Dios y en la práctica de la más genuina caridad hacia el
prójimo", dijo en aquella oportunidad el Santo Padre.
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