Mérida
30 de Enero de 2019.
Juan
Antonio Pérez Bonalde fue un destacado poeta venezolano considerado
como el máximo exponente de la poesía lírica del país.
El
poeta Juan Antonio Pérez Bonalde, nació el 30 de enero en 1846.
Cuando Pérez Bonalde tenía 15 años, en 1861, su familia emigró a
Puerto Rico para evadir los peligros de la Guerra Federal. En Puerto
Rico, el joven Pérez Bonalde ayudó a su padre a regentar un plantel
educativo y aprende idiomas, llegando a dominar el inglés, el
alemán, el francés, el italiano, el portugués, el griego y el
latín. Esta afición a las lenguas extranjeras le permitirá en años
posteriores traducir con maestría poetas de otras nacionalidades
como Edgar Allan Poe y Heinrich Heine.
En
1864, la familia Pérez regresa a Caracas- Venezuela donde hacen otro
colegio, la muerte del padre de Juan Antonio hace que se paralice la
obra del colegio, más tarde Juan Antonio Trabaja como puede para
ganarse la vida. Interviene en política con el Partido Liberal.
La
guerra civil pronto vuelve a encenderse por todos los caminos de
Venezuela. Guzmán Blanco hace su entrada triunfal en Caracas el 27
de abril de 1870.
En
una corrida de toros celebrada en Caracas fueron recitados unos
versos satíricos del poeta en los cuales ridiculizaba a Antonio
Guzmán Blanco. Este al identificarlo como autor de dichos versos le
dio un plazo de ocho días para salir del país.
Según
apunta Arturo Uslar Pietri, Pérez Bonalde fue el primer escritor
venezolano verdaderamente cosmopolita, mezcla de Chateaubriand y
Heine del Caribe. En 1877 publicó su libro de poemas Estrofas, que
incluye su más célebre composición, Vuelta a la patria, sin duda
el poema lírico venezolano más importante del siglo XIX. Y fue en
Ritmos donde, en 1880, recogió Poema del Niágara, un canto a la
naturaleza en la mejor tradición romántica.
En
1883 vivió su más honda tragedia personal con la muerte de su única
hija, Flor, suceso que le inspiró otra de sus notables composiciones
y la decisión de no volver a publicar su poesía. De regreso al país
en 1889, tras la muerte de su madre, recibió el homenaje del mundo
intelectual. Una muerte súbita lo sorprendió antes de que pudiera
encargarse de una misión diplomática que le había sido
encomendada. Su salud se había resentido gravemente tras años de
privaciones, tragedias familiares y vida trashumante.