Antonio Ricaurte
Nace en Villa de Leiva (Colombia) el 10/07/1786
Muere en San Mateo (Edo. Aragua) el 25/03/1814
Oficial colombiano que luchó por la libertad de Venezuela en la Guerra de Independencia. Fueron sus padres Esteban Ricaurte y María Clemencia Lozano, hija del marqués de San Jorge. Entre 1799 y 1804 estudió en el colegio de San Bartolomé de Bogotá, completando su formación de manera autodidacta en la gran biblioteca que poseían sus padres y parientes. Años después contrajo nupcias con Juana Martínez Camacho, sobrina del prócer Joaquín Camacho, quien le ayudó a insertarse en la burocracia colonial con el cargo de escribano de cámara y secretario de Tribunal de Cuentas del virreinato de la Nueva Granada. Ricaurte participó en los hechos revolucionarios que se produjeron el 20 de julio de 1810 en Bogotá, los cuales tuvieron su antecedente en los hechos del 19 de abril de 1810 en Venezuela. Dada su decidida participación contra el régimen colonial, fue llamado por sus compañeros como «El Chispero».
Cuando se organizaron las milicias patriotas colombianas, Ricaurte fue incorporado al batallón de infantería de Guardias Nacionales, con el grado de teniente. Al presentarse el conflicto entre centralistas y federalistas, en los años iniciales de la Primera República de la Nueva Granada, Ricaurte apoyó al precursor Antonio Nariño y a los partidarios del centralismo, lo que lo llevó a participar en la primera guerra civil neogranadina. Durante el desarrollo de la misma, intervino en el combate del Alto de la Virgen en Ventana quemada, en el que sus tropas fueron derrotadas el 2 de diciembre de 1812; y posteriormente en el combate de San Victorino en Santafe el 9 de enero de 1813, que culminó con el triunfo de los centralistas. Luego de estos hechos Antonio Ricaurte fue seleccionado para formar parte del ejército granadino que se organizó a solicitud del entonces brigadier Simón Bolívar, para liberar a Venezuela mediante la ejecución de la llamada Campaña Admirable (1813).
Como miembro del primer Ejército Libertador integrado por neogranadinos y venezolanos, tuvo una destacada participación en los combates de La Grita (13 de abril), Carache (19 de junio), Niquitao (2 de julio), Taguanes (31 de julio) entre otros. A partir del 25 de febrero de 1814 se libraron una serie de escaramuzas entre patriotas y realistas en un área comprendida entre el lago de Valencia y San Mateo. En la hacienda San Mateo, propiedad de Simón Bolívar, se almacenó el parque cuya custodia fue encomendada al capitán Antonio Ricaurte, quien contaba con una pequeña tropa de 50 soldados. Durante el ataque realista, Francisco Tomás Morales se apoderó del trapiche de la hacienda, a la vez que una de sus columnas tomó la «casa alta» de la propiedad. Sin embargo, el objetivo de los realistas de apoderarse del parque patriota fue frustrado, cuando Antonio Ricaurte ante la inminencia de la captura de dicho cargamento decidió prender fuego a la pólvora, haciéndolo volar el 25 de marzo de 1814, pereciendo tanto él como aquellos soldados que se encontraban dentro del recinto. Por su parte, Bolívar aprovechó el desorden momentáneo que se produjo entre las fuerzas realistas, para efectuar un contraataque, que culminó con la reconquista de la «casa alta». A su noble sacrificio se debió que el numeroso parque de San Mateo no cayera en manos de los realistas.
«Empapado de la historia de las antiguas Repúblicas, quería que todos fuésemos griegos o romanos. Según él, no se podía ser un verdadero republicano sin acciones heroicas, sin sacrificios extraordinarios. Todos debíamos ser víctimas inmoladas en el altar de la patria. Estas eran sus ideas y sus conversaciones frecuentes.
Por estos antecedentes creemos que el incendio del parque de San Mateo fue una acción de heroísmo premeditada por Ricaurte para inmortalizar su nombre. La posteridad honrará justamente su memoria»
Facilitadores Pedro Araujo.
Yaccenia Arevalo.
Deysi Lares
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