Mèrida 07 de Marzo de 2018
Juana
Nepomucena Bolívar falleció a los 63 años en Caracas, el 7 de
marzo de 1847; deceso que conmovió a la sociedad caraqueña, donde
era muy apreciada y respetada; sus restos fueron enterrados en la
misma cripta funeraria de la familia como era la costumbre inveterada
de la época.
Hermana
del Libertador Simón Bolívar Palacios, segunda de la dinastía
después de María Antonia; nació Juana Nepomucena -como todos
ellos- en Caracas, el 16 de mayo de 1779; gozó de los privilegios de
ser de la familia más acaudalada de la Capitanía General de
Venezuela, hija del mantuano Juan Vicente Bolívar y Ponte y de la no
menos “goda” María de la Concepción Palacios y Blanco.
Criada
con mucho remilgo y carantoñas, ya que su carácter dulce y
compasivo, contrastaba con el de su hermana mayor, autoritaria y
despectiva. Tuvo la limitada educación que se les brindaba a las
niñas ricas, que solo se ocupaban de lucir atuendos de finas telas,
y perfumarse con los efluvios de lavandas y colonias venidos de
ultramar; no obstante aprendió las primeras letras en su casa con
los mejores maestros de la época en la capital.
Pronto
se convirtió en una muchacha alta de rasgos muy parecidos a los de
su hermano Simón; muere su padre el 19 de enero de 1786 y su madre
el 6 de julio de 1792, en diciembre de este último año contrae
matrimonio con su tío materno Dionisio Palacios y Blanco. De esa
unión nacieron 4 hijos de nombre, Guillermo, Jorge, Fernando –de
estos 2 últimos no se sabe mucho, solo que murieron a temprana edad-
y Benigna; decidida partidaria de la independencia –hasta en eso
contrataba con su hermana-, participó en una especie de “comité
femenino” de la Sociedad Patriótica, que funcionó en Caracas en
tiempos de la Primera República (1810-1812).
Juana
Bolívar forma parte con sus hijos menores en la denominada
“Emigración a Oriente”, en julio de 1814, a instancias de los
padres de familia de la capital, organizada y jefaturada en la parte
militar por el general Simón Bolívar. Juana y María Antonia, con
sus hijos menores se embarcan hacia las Antillas, primero desembarcan
en Curaçao, prosiguiendo hacia Saint Thomas. Allí se entera sobre
la muerte de su marido Dionisio en la defensa de Maturín, a finales
de 1814, causa fundamental de la pérdida de la Segunda República.
Conociendo
que su hermano Simón se encuentra en Haití, parte hacia esa nación
y consigue protección del Presidente Alexander Petión, amigo y
financista de las expediciones patriotas, con Bolívar a la cabeza.
Se sintió muy acongojada por la muerte de su hijo Guillermo en la
batalla de La Hogaza, en territorio del hoy estado Guárico, el 2 de
diciembre de 1817; las tropas del general Pedro Zaraza, fueron
batidas y desbandadas por los realistas al mando de Miguel de La
Torre.
Dos
años después retorna a Venezuela por la parte de Guayana que estaba
liberada, consigue el apoyo oportuno de su hermano quien le encarga
su protección y cuidados al vicepresidente de la República, doctor
Francisco Antonio Zea. Esta recomendación se la hace saber a su
hermana por medio de una afectuosa una carta, con fecha del 26 de
mayo de 1819, en Mantecal, donde además le participa que sale
urgente hacia Barinas, y recuerda a su sobrina Benigna, “y que se
alegra de que siga buena”.
Entre
1822 y 1823 Juana Bolívar se instala en Caracas definitivamente; y a
pesar de que su hermano se encuentra en la Campaña del Sur; este
nuevamente le escribe que se siente muy satisfecho por el enlace de
su sobrina con el general Pedro Briceño Méndez, hecho consumado en
Caracas, el 15 de octubre de 1825. A Briceño, Bolívar le expresa su
satisfacción por haberse convertido en su tío, y le ofrece costear
los gastos de la boda.
Bolívar
siempre quiso y protegió a toda su familia, hermanos, sobrinos, tíos
y demás parientes. En 1827 cuando se encuentra de nuevo en Caracas,
instruye al doctor Cristóbal Mendoza, en su calidad de Intendente,
para que asigne una renta mensual de 150 pesos -cargado a sus
haberes- a su hermana Juana; el caballeroso magistrado le hace llegar
a Juana Bolívar la comunicación oficial al respecto en julio de
1827.
Juana
Bolívar Palacios, estuvo presente en los actos de repatriación de
los restos mortales de su excelso hermano en 1842; con el resto de la
familia, se hizo presente en la ceremonia de inhumación de El
Libertador, en la cripta de la familia Bolívar, en la Catedral de
Caracas. Su sobrino político, el general Pedro Briceño Méndez,
tomó parte activa en la “Revolución de las Reformas” de 1835;
muriendo en Curaçao, en el exilio, el 5 de diciembre de ese mismo
año; pocos años después su viuda Benigna Bolívar de Briceño
contrajo nupcias con Pedro Amestoy. Juana Nepomucena Bolívar
falleció en Caracas, el 7 de marzo de 1847, deceso que conmovió a
la sociedad caraqueña, donde era muy apreciada y respetada; sus
restos fueron enterrados en la misma cripta funeraria de la familia
como era la costumbre inveterada de la época.