Mèrida 12 de Abril 2018.
La
comunicación popular rompe esquemas con respecto al periodismo
burocrático que tanto daño ha hecho en todo lo que tiene que ver
con información, educación y formación del pueblo. Y es a partir
del 28 de diciembre del 2015, cuando se aprueba la Ley de
Comunicación del Poder Popular, que se impulsa su arranque, con el
propósito de refundar la comunicación en todos los ámbitos.
“Es
volver al pueblo, es descolonizar la comunicación ¿y para qué?
Para que el pueblo conozca la verdad y tenga las herramientas
necesarias y determinantes para fortalecer la Revolución
Bolivariana”, como lo dijo Hugo Chávez durante una rueda de prensa
con los medios el 05 de septiembre de 2012.
Los
comunicadores populares se contraponen de manera firme y contundente
a la comunicación privada a la que estamos acostumbrados, que se usa
aún para domesticar el espíritu de los pueblo, escondiendo en su
discurso los valores dominantes oligárquicos; donde las burocracias
ejercen también su poder para convencernos de un correcto uso de los
presupuestos, escondiendo tras algunas obras una infame corrupción.
Cabe
destacar, que un hito histórico resaltante para Venezuela y la lucha
de nuestra comunicación popular, alternativa y comunitaria, son los
acontecimientos de abril del año 2002 en ocasión del golpe de
Estado, impulsado por algunos grupos civiles y militares apátridas
con el apoyo de las corporaciones mediáticas privadas y
transnacionales, cuando el 11, 12 y 13 de abril de ese mismo año los
medios privados silenciaron, deformaron y manipularon la verdad sobre
los hechos.
Mientras,
el pueblo asumió su rol de comunicador y junto a los medios
populares, alternativos y comunitarios irrumpieron bajo condiciones
precarias de recursos y de alto riesgo, como vanguardia espontánea
en la defensa de la Patria, de la verdad y la libertad de expresión,
contribuyendo así con la difusión y convocatoria a la movilización
popular que retornó el hilo constitucional, la democracia
participativa y protagónica, y la República Bolivariana de
Venezuela, derrotando el golpe de Estado; esas acciones nos han
garantizado la vigencia de nuestra Constitución y de nuestra
soberanía.
El
nuevo modelo de la comunicación popular promete una comunicación
inclusiva, libre y abierta, crítica, autocrítica, contestaria,
emancipatoria y no burocrática de la creación y recreación de la
cultura y la vida cotidiana, donde se expresen ampliamente la memoria
colectiva y el rico imaginario popular como expresión auténtica de
libertad y soberanía; priorizando la ética antes de la estética,
el hecho en vez del supuesto, la realidad y no la ilusión, la verdad
al engaño, convirtiendo la comunicación en una forma superior de la
lucha de los pueblos para el logro de sus propias metas y objetivos a
través del desarrollo y difusión de sus contenidos escritos,
visuales, auditivos, audiovisuales, multimedia y cualquier otro, como
expresiones propias de la voz del pueblo, en uso legítimo de su
Poder Constituyente y Soberano, insurgiendo como Pueblo Comunicador.
Hay
que retomar y repensar las palabras del Comandante Hugo Rafael Chávez
Frías, comunicador popular por antonomasia, en ese primer encuentro
con voceros y voceras comunicadores populares el 29 de octubre de
2001, cuando afirma: “Ustedes (comunicadores populares), no se
limiten a las cadenas que da el Presidente de la República… es
hora de que salgan al aire las miles de voces, que se publiquen miles
de periódicos, que salgan esas imágenes de mujeres y hombres de
pueblo, que son los defensores por excelencia de esta Revolución
Bolivariana e impulsen, que salgan y den frente a esas manipulaciones
mediáticas en manos de periodistas tarifados, arrodillados a los
dueños de esas grandes corporaciones inefables…”.
El
comunicador popular está en la obligación de leer, de enterarse de
la historia e ir elaborando estratégicamente planes que lo ayuden a
buscar razones de peso para sostener la ética dentro de la
información. Es así que se construye el verdadero periodismo
popular.
Tal
es el caso del estado bolivariano de Guárico, específicamente el
Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SiBCI-Guárico),
que asumió de forma frontal la conformación de los Consejos de
Comunicación Popular, desde el mismo el día en el cual fue aprobada
en Gaceta Oficial la Ley de Comunicación del Poder Popular.
Por
tal motivo, se desplegó en el año 2016 un recorrido por todo el
estado para impulsar y conformar dichos consejos; comenzando el el
municipio Miranda. Luego se visitó Guayabal y Camaguán. Ya a
mediados de marzo de 2016, se había recorrido todo el estado. El
sábado 17 de septiembre de 2016, se juramentaron, en el Consejo
Legislativo del Estado Bolivariano de Guárico (CLEBG), todos los
consejos de los 15 municipios que conforman la entidad llanera.
Para
ese momento se contó con la presencia de Nestor Francia, asumiendo
como padrino de la Comunicación Popular en el estado. De ahí en
adelante, se fueron dando los primeros pasos para la formación en
materia de Comunicación Popular.
Otro
apalancamiento puntual, fueron las palabras de la Primera Combatiente
guariqueña Carola Martínez, con relación a la comunicación. Fue
la tarde de ese 15 de noviembre de 2016 en una reunión de jefes y
directores de SiBCI-Guárico, cuando expresó lo siguiente: “El
SiBCI-Guárico, está en un momento histórico muy importante, hay
que repensar el periodismo… yo hablo de refundar la comunicación,
hay que volver al pueblo, hay que romper con ese periodismo
gobiernero, ser un Cantaguárico no gobiernero. Si hablamos de formar
a la gente de los Consejos de Comunicación Popular, bien… pero hay
que ordenar la casa por dentro. ¿Por qué formarnos? Por la sencilla
razón que tenemos que descolonizarnos y reconocer lo que somos
ahora. Tenemos que darnos cuenta de esto”.
Para
finalizar, se debe hacer mención a la exhortación realizada en el
Teatro Teresa Carreño el 27 de junio de 2016 por el Presidente
Obrero Nicolás Maduro: “Hoy tenemos que rearfimar que todos somos
comunicadores. No necesitamos un título universitario. Porque
sencillamente la comunicación popular no se puede institucionalizar
con títulos burocráticos, sería el error más grande de nuestra
vida. La comunicación popular no se puede encajonar, no se puede
conceptualizar… si algún día se hace, ahí se castraría el Poder
Popular. La experiencia nos dice que la comunicación popular es como
el llano venezolano: grande, llana, espontánea, indómita,
cimarrona, clarita, avasallante, noble y muy amorosa. En resumidas
cuentas, la comunicación popular se lleva y se vive con el estómago,
con las entrañas…
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